domingo, 25 de marzo de 2012

“Entre diciembre y enero” 4ª Parte...

Continuación del Capítulo I, entrada 20 de Febrero de 2012

¡Qué maravillas vieron mis ojos durante la estancia en la ciudad ¡ ¡como disfruto mi cuerpo!
Mi piel vibraba con las explicaciones del guía, estaba tan atenta que apenas notaba el roció de la mañana, ni el hambre del mediodía.
Era tal el interés que mostraba en cada momento, cada rato y cada día que se me hizo corto el tiempo que pase con la guía, los ratos libres ya fueron otro cantar.

Me quede ensimismada con la delicada luz del atardecer, apenas se veían las calles.

Una tarde libre me dirigí sola al gran bazar, me apetecía visitarlo para disfrutarlo intensamente, comprar sin horario, sin “el que miras”. Estaba cerca del hotel, llegue bien y me encanto encontrarme a mí misma.
Fui pensativa por esas calles cruzándolas y viendo como era todo sin guías, sin acompañantes, me sentí mayor entrando por esa puerta tan magnífica del gran bazar donde te venden de todo y más.

Hice algunas compras y antes de volver al hotel me metí a fumar un poco de ese tabaco mentolado en pipa de agua, que en si no es tabaco. Me pareció un lugar emblemático donde el solo estar es sinónimo de bohemia, relax y diferente a nuestro ambiente.
Esa tarde deseaba hacer introspección y considere que lo propicio era ir y ver cómo me desenvolvía en esa ciudad, la tarde transcurría interesante, pero…, al caer la noche, al caer la noche todo cambio.

¡Qué susto!, cuando ya salí, todo estaba oscuro, muy oscuro, muy poca luz.
Excesiva gente y todo me parecía igual, la calle hacia arriba, hacia abajo, las paralelas, los cruces, que follón¡¡¡.

Según mi mapa estaba cerca del hotel y creía que podría llegar a él sin necesidad de tomar un taxi pero me lie de mala manera; anduve y anduve, un lio de recorrido.
Al final, me detuve y pregunte a un policía. Él me indico con precisión sobre el mapa, pero, me entro miedo. Sola con mi mochila, me dio por correr y mirar hacia atrás, corriendo, me pare un momento….., volví a mirar y pensando que podría llegar me relaje un poquito, pero al cabo de unos minutos ya tuve claro que no podría ser.
Pare un taxi, negocie el importe y cuando legue a la puerta del hotel vi que me había timado. Estaba cerca de donde me encontraba, el taxista dio una vuelta para despistar.

Los nervios y el pánico me jugaron una mala pasada, el policía tenía razón, estaba relativamente cerca.

Esa anécdota me dejo tocada, pensativa y seria; mis compañeros de viaje se habían preocupado porque llegue más tarde de lo previsto al hotel, habíamos quedado después de cenar para salir juntos a patear la ciudad de noche.
Se había formado un grupito con los de mi hotel y otras personas más que estaban en hoteles cercanos, desde el principio del circuito conectamos, existía filin.
Pero esa noche no me sentía con energías, el correr, el susto y la tomadura de pelo del taxista me había agotado.

Como alternativa me di una ducha, me arregle para ir al restaurante a cenar, tome una cena exquisita con una copita de vino rico, rico, a la luz de las velas, eso me animó. Al finalizar me dirigí para divisar desde la terraza una vista de la bahía, bella, muy bella.
Al cabo de una hora acabe en la cafetería, me tome una infusión y me fui hacia el ordenador, revise mi correo y los diarios digitales.

Tuve también tiempo de conectar con una amiga, lo cual me tranquilizo porque le explique mis miedos, mis dudas, lo sucedido…., me fue bien estar en contacto con mi ciudad y mi gente.

Estambul, Estambul, me pareció al cabo de los días de estancia una gran ciudad con un enorme pasado. Diversa debido a la combinación entre diferentes imperios, romano, bizantino y otomano.
Posee unas vistas espectaculares, con una belleza natural y dependiendo de la zona donde te encuentres tiene muchos contrastes. Remarcar que tiene una parte más europea, una zona nueva, muy puesta y la antigua, donde está el meollo, bazares, mezquitas, etc.

En el hotel de Estambul me agradaba subir a la terraza aunque fuera unos minutos después de cenar sola o con el resto para divisar sus luces, la bahía. Allí observaba como navegaban los barcos de todas las nacionalidades, era como si les quisiera en silencio dar un mensaje que pudieran trasportar a mi ría.
Echaba de menos lo vivido, todavía estaba mi corazón tocado y tenia momentos románticos, recordaba de forma muy emocional dependiendo de lo que mis ojos veían a esa persona que tanto significó para mí.

Instantes mágicos, vivía momentos diferentes, el resto del grupo achacaba mis silencios al que era seria. Les tranquilizaba comentándoles que era la primera vez que hacia un viaje sola, ellos siempre me respondían que eso no era ninguna escusa dado que había otras tres personas que también lo hacían.
Pero…., así se quedaban los asuntillos, en fin, era algo seria…, pensé, ya cambiaran de opinión….

“Entre diciembre y enero” 3ª Parte...

Continuará....


Concurso de (BBK Land , primera edición del certamen literario 'Escritores que viajan, viajeros que escriben'.)


Miren E. Palacios

18 de Julio de 2011


Registro de Propiedad Intelectual de SAFE CREATIVE...

No hay comentarios:

Publicar un comentario